La Representante Permanente de Costa Rica ante la sede de las Naciones Unidas en Ginebra, Elayne Whyte Gómez, resultó designada el día de hoy como Presidenta de la conferencia de las Naciones Unidas para negociar un instrumento jurídicamente vinculante que prohíba las armas nucleares y conduzca a su total eliminación.
La Embajadora Whyte ha sido elegida por aclamación para liderar este proceso en virtud de su sólida trayectoria internacional y el prestigio de Costa Rica por su permanente compromiso con el desarme y con la paz. Se ha reconocido la autoridad moral de Costa Rica como una voz autorizada para referirse al desarme y no proliferación, así como su actitud pionera y propositiva en la materia. Costa Rica abolió el ejército en 1948.
La Asamblea General de las Naciones Unidas acordó convocar a esta conferencia el pasado 23 de diciembre de 2016, mediante la resolución 71/258 de la Asamblea General, adoptada por una amplia mayoría de la membresía de las Naciones Unidas. Su mandato es negociar en el 2017 un instrumento jurídicamente vinculante que prohíba las armas nucleares y conduzca a su total eliminación.
El Canciller de la República, Manuel González Sanz, al congratularse por la elección de Costa Rica expresó que “La comunidad internacional ha sabido reconocer la autoridad moral del país, su apego y sus fortalezas en el estado de derecho y el manejo del derecho internacional. Los próximos meses serán de mucho trabajo pero asumimos esta tarea con el mejor deseo de dejar en alto el nombre del país y contribuir a los esfuerzos de la comunidad internacional de crear un mundo más seguro para las futuras generaciones libre de armas nucleares”.
Consecuente con su largo compromiso con el sistema jurídico internacional y su firme creencia en el multilateralismo como la única manera de conducir las negociaciones y desarrollar regulaciones en desarme y no proliferación, “Costa Rica asume esta responsabilidad con plena conciencia del papel que le corresponde emprender para amalgamar acuerdos entre los Estados sobre los elementos que debe contener esta norma universal, a través de un diálogo global”, enfatizó el titular de la diplomacia costarricense González Sanz. Al asumir como Presidenta, la Embajadora Elayne Whyte agradeció a las delegaciones el honor conferido al elegir su nombre para presidir esta Conferencia, lo cual recibe como un reconocimiento al prestigio de Costa Rica.
Esta conferencia significa un hito histórico en el largo camino de las Naciones Unidas para lograr un mundo libre de armas nucleares, como lo fue antes de 1945. La primera resolución aprobada en el seno de las Naciones Unidas abordaba ya el tema del desarme nuclear. En 1968 se adopta el Tratado de No Proliferación Nuclear, el cual ha sido efectivo por cincuenta años para evitar que muchos países se doten de armas nucleares, sin embargo todavía persiste un vacío legal en el régimen de desarme nuclear y la no proliferación.
Las armas nucleares son las únicas armas de destrucción masiva que no están proscritas por un tratado.
La resolución 71/258 tiene como antecedentes las conclusiones de las tres Conferencias Internacionales sobre el Impacto Humanitario de las Armas Nucleares realizadas en Noruega, México y Austria entre el 2013 y 2014 y los informes del Grupo de Trabajo de Composición Abierta que, por mandato de la Asamblea General, se reunió en Ginebra en el 2013 y el 2016.
Costa Rica participará activamente en las negociaciones de la Conferencia que se extenderán del 27 al 31 de marzo y del 15 de junio al 7 de julio de 2017, en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, fiel a su aspiración de alcanzar un Tratado congruente con uno de los pilares fundamentales de la política exterior costarricense, el desarme y la no proliferación de las armas nucleares.